Vida Trifásica

I- Francisco Bochatón. Platense, ex Peligrosos Gorriones. Quienes no escucharon su último disco, La Tranquilidad después de la Paliza, no deben perder más tiempo y hacerlo ya now. Es un disco enorme, infinito, genial. Está por editarse una versión con mejor arte de tapa y dos bonus. Bochatón rankea, a esta altura, como un gran poeta. Para una aproximación acaricie aquí
Dicho al pasar: todos los jueves de agosto toca en el Torcuato Tasso, sobre calle Defensa, con Palo Pandolfo. Buen dueto.


II- Coki & The Killer Burritos. Rosarino, algo calamariano. Muy urbano y rockero con sutilezas de barrabrava. Hace poco editó -y se consigue en las tiendas de la gran M- el disco Perdida. Muy bueno cuando abunda el rockito pueril y la bullanga berreta. Hay discos pasados muy interesantes. Pasá y tocá timbre
Dato caído: toca algunas canciones con Paez y logra recuperar, aunque sea por un rato nomás, al viejo y Paez Fito.


III- De Juan. Rock estepario, que viene del sur bonaerense, donde ya es Patagonia. Por momentos, rasgos muy británicos. Para degustar: una banda dual, curiosa; a veces muy feliz a veces definitivamente sombría. Con tapa celeste total, produjeron Frío Eterno. Para endulzarte u oscurecer besá este anillo
Sorpresa Kinder: muy climáticos en vivo.

Alguna vez el número mágico fue el siete. Siete continentes, siete planetas, siete colores, siete sabios de Grecia, siete mares.
No era, claro, el número perfecto. No, al menos, el número de la divinidad occidental que fijó en diez las reglas de vida (los Mandamientos) y se desdobló en tres estados gestando la no del tono comprensible Trinidad. (¡El padre y el hijo, ok! Pero el espíritu santo qué viene a ser?. ¿Un tío bueno?, ¿el angel de la Guarda? ¿el Lado Oscuro?).
No por occidental y cristiano, tiendo a explicar todo en tres niveles. Lo divisible u ordenable por tres me huele a justo y oportuno; si se quiere exacto.
De allí esto de la Vida Trifásica.