agosto 05, 2006

Prólogo innecesario

Alguna vez el número mágico fue el siete. Siete continentes, siete planetas, siete colores, siete sabios de Grecia, siete mares.
No era, claro, el número perfecto. No, al menos, el número de la divinidad occidental que fijó en diez las reglas de vida (los Mandamientos) y se desdobló en tres estados gestando la no del tono comprensible Trinidad. (¡El padre y el hijo, ok! Pero el espíritu santo qué viene a ser?. ¿Un tío bueno?, ¿el angel de la Guarda? ¿el Lado Oscuro?).
No por occidental y cristiano, tiendo a explicar todo en tres niveles. Lo divisible u ordenable por tres me huele a justo y oportuno; si se quiere exacto.
De allí esto de la Vida Trifásica.

Comments:
El Espíritu Santo es la Madre, la Mamma...me gusta el diez desde q me dijeron q atrae el dinero...materialista q es una...
Saludos, por cierto q no entiendo tu coment en mi blog...:(
 
Aguanten las trinidades!!Me encanta. De hecho en mi dormitorio tengo tres relojes de pared alineados,exactamente iguales. Y agrupo adornos y cosas de a tres.
Y el holy ghost...pierde el sentido al explicarlo,no?
 
R,S,T?
x,y,z?

Si si, coincido en las trilogias!

jajaj

gustazo
 
Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?